Hoy que añoro el susurro del naranjo
y su tenue mirada en mis esperas
hablemos de la niebla oculta en la sonrisa,
del tiempo derramado inútilmente,
del agua y de la luz que aúlla en mis jardines.
Hoy que tiembla la herida de los labios
y muerde el corazón la soledad
hablemos de la lengua que no escribe el amor,
ni lo pronuncia,
ni atraviesa la nieve que te cubre.
Si fuera suficiente la palabra,
si mi voz te salvase del silencio,
6 comentarios:
Un poema cuyos versos lloran de tristeza y se refugian en la nostalgia. Unos versos que viven un presente pintado de gris. Pero ese aroma otoñal que les imprimiste llevan esencia de poesía que llega a quienes la leemos.
Mi felicitación, Ana por este poema.
Un abrazo
FINA
Que el silencio no tome posesión de los espacios dedicados a las palabras.
Bello Ana, muy bello.
Un abrazo.
Lo que cuentas , siempre, me deja sin palabras.
Es una poesía tan directa al corazón
que ni Cupido podría ser tan certero.
Hermoso, dulce y de un tremendo deseo por vestir los sentimientos.
Ese final es agridulce...
Pues a veces, no existen palabras para expresar lo que somos , o fuimos,o seremos.
Pero siempre queda el eco
Y el tuyo te arroba el alma
Tu firma
Gracias infinitas
Besos
Muchas gracias, Fina, por detenerte en estos versos y dejar tan hermoso comentario.
Un beso que te llegue al corazón
Ana
Hola, San, me alegra que te haya gustado. La próxima semana estaré de nuevo por Jaén, así que espero que podamos vernos el lunes. Lo intentaré que ya os echo de menos
Un beso que te llegue al corazón
Ana
Gracias a tí, Leni, tu mirada y tu sentir es lo que hace hermoso el poema.
Gracias por dejar un comentario tan hermoso y al mismo tiempo tan excesivamente generoso.
Espero que podamos vernos pronto, querida amiga.
Un beso que te llegue al corazón
Ana
Publicar un comentario