25 mar 2009

MONÓLOGOS II



Hay personas para las que su vida es un barco que navega por un mar cálido y sereno. Para otros, sin embargo, aún no sé por qué, su vida es un campo sembrado de cristales en el que desearían caminar de puntillas, para que ningún fragmento se les clavara forjándoles la piel a base de profundas cicatrices.

Y luego estás tú, que pasaste por la vida arrastrando tus pies desnudos entre clavos afilados que iban dejando tu piel en carne viva y, aún así, seguías navegando viento en popa hubiera calma o tempestad.

Tenías los hombros cansados del peso de tantas cruces, los ojos ciegos, los pies quebrados y la voz rota, pero allí estabas engendrándote en la luz, alzándote en medio del dolor.

Sólo el miedo nos aleja de la vida y nos acerca a la muerte.

¿Qué sabe la ciencia de los ojos que aún siendo sombra son capaces de ver más allá?, ¿qué sabe de la raíz machacada que aspira a ver el aire y respirar el cielo? Nada sabe de la esperanza fijada en tu dintel, ni de la mano del amor sanando tus heridas.

Hoy es 25 de Marzo, madrugada donde duelen las estrellas, no puedo dormir. Y aquí estoy esperando, no sé qué es lo que estoy esperando.

Parece que fue ayer, parece que fuera hoy cuando se rompió la madrugada anunciando tu regreso a la tierra; se quebró el silencio en la noche, y aún siento el frío en mis huesos.

Madrugada, vacía y sin alba, que apagó mi luna y secó mi mar.

Hoy transitar por tus recuerdos me duele, me duele la ausencia y la falta de tu voz.

¿Quién besará hoy mi frente y verá más allá de mi misma, más allá de las sonrisas que en mi rostro ocultan las huellas del dolor?
¿Quién me dirá que nunca estaré sola?

Hoy es 25 de Marzo, duele esta madrugada sin alba y duele asumir la realidad; no fue un sueño, te has muerto, te has muerto dignamente con dolor.

Eras cabezota y constante pero te faltó un poco de constancia, porque querías irte para siempre y no lo conseguiste. ¿No lo sabías? Nadie se muere para siempre.

Enmudecen las estrellas en esta primavera sin aromas y en el azahar que ha estallado sin color.

Parece que fue ayer pero es hoy, vuelvo a velarte en esta madrugada de lágrima infinita, de lunas rotas, de sangrante memoria, y ahora sé que espero porque aún tengo guardado el beso que no te di cuando te marchaste, un beso que se quedó para siempre colgado del carmín que duerme entre mis labios esperando que regreses a buscarlo.

¿No lo sabías? Nadie se muere para siempre


(A mi padre, In memorian)

© Ana Villalobos Carballo
25 de Marzo de 2009

12 comentarios:

José Luis Navarro dijo...

Hacer un comentario de algo tan personal casi parece inadecuado, sin embargo he decirte que es una de los escritos más bellos que he leido y más profundos con una poética inata y maravillosa.

Madame Guignol dijo...

Ana... nadie se va para siempre. Estoy contigo.

Yo aún veo a mi abuelo trayéndome chocolatinas y diciéndome desde lejos "hola" con la mano... Murió cuando yo tenía tres años y medio.. y sigue vivo. Muy vivo dentro de mí.

Lindas palabras. Seguro a él le encantan. Es incluso probable que se pasee con mi abuela y estén diciendo qué suerte tienen ambos de que nosotras les mantengamos siempre aquí... en estos cachitos de vida que somos.

Un abrazo.

marga dijo...

Hola Ana.
Bellísimas palabras dedicadas al recuerdo de tú papá. Sobre todo cuando le dices:

Parece que fue ayer pero es hoy, vuelvo a velarte en esta madrugada de lágrima infinita, de lunas rotas, de sangrante memoria, y ahora sé que espero porque aún tengo guardado el beso que no te di cuando te marchaste, un beso que se quedó para siempre colgado del carmín que duerme entre mis labios esperando que regreses a buscarlo.

Podrías aprovechar y hacer referencia al poema: UN BESO PARA TU OLVIDO.
Que también son bellas palabras dedicadas a su gran fuerza y serenidad, aguantando tanto dolor.

Besos Marga

Alonso de Molina dijo...

monologo contigo misma, quizá algo con tu padre, por los ratos completos y los que quedaron sin completar, algunas preguntas muy logradas:
"¿Qué sabe la ciencia de los ojos que aún siendo sombra son capaces de ver más allá?, ¿qué sabe de la raíz machacada que aspira a ver el aire y respirar el cielo? Nada sabe de la esperanza fijada en tu dintel, ni de la mano del amor sanando tus heridas."

te aplaudo Ana y te mando un beso de los tuyos
.

Sara Castelar Lorca dijo...

Desde algún lugar todos están escuchando, Ana, si no fuera así no valdrían de nada las palabras.
Te doy un abrazo y me quedo contigo un rato de este marzo, en el que yo también vi cómo se iba alguien que quiero mucho y que también me traía chocolatinas, como a Carmen.

Un besote grande
Sara

Ana Villalobos Carballo dijo...

Pues yo te agradezco enormemente tu presencia, tus palabras,José Luis, porque la soledad en momentos de tristeza no es buena compañera. Lo cierto es que, en principio, no pensaba ponerlo en el blog, pero un impulso me hizo colgarlo. Esta mañana pensé en borrarlo pero me encontré con tu comentario y cambié de opinión porque el dolor se hace más pequeño cuando se saca fuera y se comparte.
Gracias, muchas gracias por tus hermosas palabras y por tu compañía.

Un beso que te llegue al corazón

Ana

Ana Villalobos Carballo dijo...

Querida Madame, tu palabra siempre como un bálsamo, como una caricia impregnada de ternura. Si seguramente que estarán contentos de que los sigamos teniendo presentes entre nuestras risas y en alguna que otra lágrima que se nos escapa.

Un beso grande que te llegue al corazón

Ana.

PD. tu tienes enchufe, a mí no me trae cocholatinas.

Ana Villalobos Carballo dijo...

Me parece increíble que te acuerdes de ese poema. Estos días me acordaba de él, pero lo había perdido y me lleve una gran sorpresa porque Anita lo tenía guardado, dice que lo lee todos los días.
Pues sí, es verdad tenía una gran fuerza y tanto sufrimiento al final que no fue en vano porque dio un buen fruto

Un beso que te llegue al corazón

Ana

PD. Mañana nos vemos.

MarianGardi dijo...

Bonita música surge de tus notas.
Mis saludos afectuosos

Manu dijo...

Eres hermosa, Ana, muy hermosa no sólo físicamente sino de corazón y este monólogo dedicado a tu padre me lo confirma.

Un beso grande

Manu

Carlos Serra Ramos dijo...

Mi amiga Ana, los poemas a los padres siempre tocan el corazón. Sin embargo, en esta sentida prosa no pensé en los míos, sino en mis hijos. Posiblemente también me lloren y, de mí, recuerden el amor que les he dado.

Recibir un "tequiero" papá, o un beso a las etrellas buscando el alma, es algo por lo que se agradece haber vivido.

Si es una realidad la presencia al otro Lado, o sigue tras de ti celando tus pasos, puedes asegurar que una sonrisa iluminará su rostro.

Mi beso, querida amiga, te agradezco esta prosa por cuanto me conmueve.

Carlos
___________

Diang Lugo dijo...

Es tan triste y hermoso ese sentimiento plasmado en letras que nos ofreces. Escrito con todo el corazón para mantener vivo, latente ese amor y el recuero imborrable que deja un ser maravilloso como lo es un padre.

Se que el tuyo, debe sentirse orgulloso de tenerte y de esas bellas palabras que él es capaz de aflorarte...