23 sept 2008

CUANDO CAEN LOS PARPADOS



Me enseñaste a beber de tus poemas
cuando caen los párpados sin vida,
náufragos de tu sed,
cansados de enredarse en tu costumbre
de hipotecar palabras de regreso.

Y te amé aún con los párpados caídos…

Pero de qué me vale ya quererte
si el pulso de tus labios no sostiene mi noche
si me sobran palabras, todas esas palabras
de tus enciclopedias de emigrante
y, tantas, que me dices por derecho.

No sé de qué me valen hoy tus hábitos
de enraizarte a mi risa, de viajar en mi calma,
si no hay más sinalefas que le resten
dolor a cada sílaba de ausencia.

Dime ahora cómo amar, y no deshabitarme,
después de haber injertado en mi boca
tu brisa tan sedienta de mi cielo
y esta urgencia vital
de envolverme en tu piel, encadenada
sin lazos, ni ataduras, transparente.

Dile a mi corazón cómo amar sin que duela
cuando sólo respiro tu vacío
cuando no quedan versos que me alivien tu nombre
ni te puedo extender en mi utopía
más allá de mis párpados caídos

Ana Villalobos Carballo
12 de Agosto de 2008
Safe Creative #0811021239900

4 comentarios:

MercedeS dijo...

Ana, preciosa manera de hacer poemas. Durante unos instante he danzado al ritmo de tus palabras envuelta en la música de tus sentimientos- Sólo unos instantes, porque sólo soporto pequeñas dósis de emociones. Poco a poco me iré apropiando de un rinconcito de este tu espacio con la ilusión de curtir mis sentimientos. Enhorabuena por tu blog y gracias por compartirlo.

Ana Villalobos Carballo dijo...

jajaj, sí, mi niña, las emociones mejor dosificarlas que luego el corazón se nos queja. Me alegra mucho encontrarte danzando(que sé que te gusta mucho) entre mis letras. Gracias por ponerle ritmo a mis palabras y por dejarme tu huella.

Un beso que te llegue al corazón

Ana

Manu dijo...

Ana, has elegido un buen título para tu blog, realmente tus palabras son una hermosa coreografía de emociones. Este poema es prueba de ello, la emoción que provoca es enorme.
Te seguiré leyendo.

Un beso
Manu

Ana Villalobos Carballo dijo...

De nuevo te agradezco, Manu, tu presencia constante y los buenos ojos con los que miras mi poesía.

Un beso que te llegue al corazón

Ana