CADA DÍA NACES, CADA INSTANTE MUERES

Cada día naces y cada instante yo te crucifico, porque no soy como tu quieres, porque no eres como yo quiero.
Miro al mundo y, dudo, dudo de ti cada momento. No sé si eres o no eres, si estás, si sólo habitas en el abismo del sepulcro de mi mente o si existes en algún punto, ni siquiera equidistante, de mis recuerdos.
Son muchos los que te anuncian aunque no te acunen sus corazones, ni tu Verdad riegue sus acentos. Muchos los que te juzgan y sepultan sin ser jueces, ni sepultureros.
Yo sé de tu existencia, aunque dude y a cada instante te crucifique mi razón. Tú no eres razonable. Tú eres la respuesta irracional de mi existencia. Te trituro en mi pensamiento, queriendo que estés a mi altura por eso te busco y no te encuentro.
Miro atrás, y no tengo huellas, sólo tus pasos agazapados en el sendero. He contemplado tus maravillas en mi vida y, aún así, dudo cada vez que miro al mundo. Al mundo, ¿qué mundo? si basta mirar cada uno de mi días…
Me contemplo… mi pierna cojea, mi mano no tiene fuerza, mi rostro se duerme, ¿qué hacer con este lado izquierdo que no funciona? Y te pienso… A ti, que sabes de mis por qué sin respuesta, de los precipicios de mi muerte, que me diste dos piernas, dos manos, una cara…Te pisé, te abofeteé y aparté mi rostro. Me diste el amor, en mi lado izquierdo, y yo a la posada del corazón eché la llave.
En esta mañana gris, que anuncia tiempos de ceniza, oriento mi ventana a Belén anhelando la estrella que guía a tu luz, mis manos apilan la paja de mi corazón que te abrigará en el pesebre y afilo mis pensamientos porque sigues naciendo cada día aunque basta un solo segundo para que a mi razón tu mueras.

(Escrito en Sevilla, olvidando lo que es escribir poesía y sólo queriendo dejar en el papel
Pensamientos, reflexiones, sentimientos…emociones)

Ana Villalobos Carballo
9/12/2007